Francisco, el Papa que hizo temblar a la Iglesia católica

 Francisco, el Papa que hizo temblar a la Iglesia católica

Ya no está entre nosotros, pero su legado seguirá latiendo en cada rincón donde hubo silencio, injusticia o abandono. El Papa Francisco, el primero que vino del sur global, se fue de este mundo dejando una Iglesia sacudida, más humana y menos indiferente.

El año 2019 marcó un antes y un después en la historia del Vaticano: expulsó del sacerdocio al excardenal Theodore McCarrick, uno de los hombres más poderosos de la Iglesia estadounidense, tras ser hallado culpable de abusos sexuales. Un acto inédito. Jamás un Papa había tomado una decisión tan firme contra un cardenal. Francisco no solo rompió el silencio; le puso fin a la impunidad que durante años protegió a los depredadores bajo sotana.

Pero Francisco no fue solo el Papa que enfrentó el horror dentro de su propia casa. Fue también el primer jesuita, el primer latinoamericano y el primero en llamarse Francisco. Su elección en 2013 ya era una señal de cambio. Eligió el nombre de San Francisco de Asís y, con él, abrazó a los pobres, a los migrantes, al planeta herido y a todos los que la Iglesia había olvidado.

Rompió muros que parecían eternos. No tuvo miedo de sentarse a dialogar con científicos, artistas, ateos, activistas, pueblos originarios, personas de otras religiones y de ninguna. Abrió las puertas del Vaticano a quienes jamás se imaginaron adentro, porque para él, la fe se construía en el encuentro, no en la exclusión.

Reformó las entrañas del Vaticano con la constitución Praedicate Evangelium, y abrió cargos a mujeres.

Tendió la mano a personas LGBTQ+, a divorciados vueltos a casar, a quienes no encajan en la moral tradicional. No cambió la doctrina, pero sí el tono: eligió mirar a los ojos antes que señalar con el dedo.

Hoy el mundo lo despide, pero la historia lo recordará como el Papa que se atrevió a decir basta, y que, en tiempos oscuros, eligió el lado de la luz.

Se apagó su voz, pero no su mensaje.